martes, 13 de enero de 2009

06/01 , Décimotercer día

Dormir en un micro no es de lo más cómodo que hay, y menos si te despiertan dos veces personal de gendarmería. La primera era para pedirnos documentos, y en la segunda nos hicieron bajar a todos del micro con todos nuestros bolsos y equipajes para revisarlos. Tuvimos suerte y como sabían que nosotros éramos los de las bicicletas, no nos revisaron nada, mientras que a todos los demás les revolvían de punta de punta sus equipajes. Luego de estar parados al aire libre (eran las 5 am) aproximadamente 40 minutos, volvimos al micro para continuar viaje. Llegamos a Salta a media mañana, armamos las bicis y salimos en busca de un hostel. Un rato mas tarde, los llevé como les había prometido, a comer el mejor sándwich de milanesa de sus vidas. Tal fue así que al día siguiente volvimos. A la tarde fuimos a conocer la quebrada de San Lorenzo, lugar agreste y tranquilo a solo 12 Km. del centro de la ciudad. Encontramos unas cascadas y nos quedamos disfrutando de la caída del agua metidos casi por completo en esa agua fresca proveniente de la montaña. Pedaleamos de regreso a la ciudad para hacer nuestra clásica merienda a base de facturas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario