martes, 13 de enero de 2009

Introducción

Todo comenzó uno de esos días en los que me dediqué a soñar. Es decir, a viajar. Fue un viaje virtual porque estuve leyendo y aprendiendo que existe otra manera de viajar, y es con la bicicleta. Y así fue como es mis ratos de ocio, me sentaba frente a la computadora, y me pasaba horas leyendo relatos de viajes de cicloturismo. Esta nueva forma de viajar combinaba dos de mis grandes pasiones: el deporte y el viajar. Cuando noté esto, empecé a pensar en mi futura aventura.Me di cuenta que se me iban a presentar dos grandes inconvenientes. Por un lado mi nula experiencia en lo que respecta al ciclismo. No recuerdo haber pedaleado nunca más de 3 Km. seguidos (distancia que separa mi casa del parque de lomas), y demás esta aclarar que no tenía bicicleta para afrontar un desafío como el que quería hacer. Por otro lado, sabía que no iba a ser fácil conseguir compañero de viaje. Pero todo cambió una mañana se septiembre corriendo en el parque con Alfredo y Javier. Sin conocer mucho a Javier le propongo hacer un viaje de esta naturaleza. Para mi sorpresa me responde inmediatamente con un: “dale!!”. Desde ese momento, me puse a pensar en el itinerario tratando de que sea interesante y motivador tanto para la parte de ciclismo, como para la parte turística. Días después se incorporó Ivo, se le puso fecha al viaje y se terminó de armar el itinerario.

25/12 , Primer día

Como siempre, estuve hasta último momento con los preparativos. No me resultó fácil seleccionar las que llevaría y pensaba mucho para que no se me pase por alto ningún detalle. Me era totalmente nuevo un viaje o aventura de este tipo, y es por eso que estaba más que consciente que la improvisación y la toma de decisiones iban a ser muy importantes durante todo el recorrido.15:45, tal como había acordado con Javier, estaba listo esperando que me pase a buscar con la ambulancia que había conseguido para que nos llevase al aeroparque. Llegamos con tiempo y pudimos despachar las bicis embaladas sin ningún tipo de problema. Un vuelo perfecto nos dejó en el aeropuerto de la ciudad de Salta ya de noche. El aeropuerto quedaba sobre la misma ruta 51 que teníamos que tomar al DIA siguiente desde Salta. Como siempre pasa, hubieron muchos cambios de planes a último momento. Primero íbamos a ir a dormir al hostel en Salta que había reservado para esa noche. Luego decidimos pasar la noche en el mismo aeropuerto, gracias al ofrecimiento de uno de los guardias nocturnos. Pero finalmente, la ansiedad y las ganas por pedalear se impusieron, y partimos bajo una tenue llovizna hacia Campo Quijano distante unos 20 Km. del aeropuerto. Como era de esperar debido a nuestra inexperiencia en cicloturismo, comenzaron los inconvenientes pero ninguno de gravedad. Ya era tarde y el hambre se empezó a sentir. Vimos sobre la ruta un cartel que decía: “Pizza y empanadas”. Allí paramos. Resultó ser la casa de un señor muy amable de apellido Carrizo. Allí disfrutamos de una noche espectacular junto a gente oriunda de la zona, en la cual hubo un karaoke que duro hasta tarde en la noche. Con Javito cantamos y bailamos toda la noche. Nos tocó ser protagonistas del hit de la noche, el tema Baila para mi de La Mosca. Carrizo nos ofreció, una vez que se fueran todos, armar la carpa en el quincho y pasar allí la noche. Así es como pasamos nuestras primeras horas en Salta.











26/12 , Segundo día

Carrizo nos preparó algo rápido para que desayunemos así podíamos partir temprano ya que nos esperaba una larga jornada de pedaleo. Nuestra intensión era hacer 92 Km. hasta Santa Rosa de Tastil (3110 msnm). Nos despedimos de Carrizo, y partimos a Campo Quijano en busca de una costurera para que me arregle un cierre de la alforja que se me había roto. Solucionamos el tema comprando un belcro. Aquí, en Quijano, comienza el ripio. Los primeros kilómetros fueron accesibles con leves subidas en las que nos sobraban energías. A medida que pasaban los kilómetros, la ruta se empezó a complicar debido a la presencia de camiones y de curvas muy cerradas en las que había que estar muy atento. Esto se veía reflejado en la cantidad de monumentos a fallecidos al costado de la misma. Durante todo este trayecto la ruta iba casi paralela a las vías del famoso Tren a las Nubes. La constante subida y el ripio empezaron a desgastarnos y a hacer descansos más de lo pensado. Pasamos pequeños poblados como ser El Aisal (1775 msnm). Llegamos al Paraje Chorrillos pasado el mediodía. Allí pensábamos almorzar. Mientras nos dirigíamos a un supuesto restaurante, vemos pasar por la ruta una camioneta Nissan a la cual estando los tres de acuerdo, le hacemos dedo. Muy amablemente nos paran y resultan ser una pareja holandesa que se dirigían a San Antonio de Los Cobres (3775 msnm), nuestro destino del día siguiente. Teníamos la intención de que nos acerquen hasta Santa Rosa de Tastil, pero viendo que no había nada interesante allí, decidimos continuar viaje con ellos hasta San Antonio de Los Cobres. En el camino paramos a comer al costado de la ruta en una casa de una señora, que nos preparó un cabrito delicioso. Seguimos viaje como veníamos en el acoplado de la camioneta. Dejamos atrás pequeños caseríos como Ingeniero Maury (2359 msnm). Este personaje fue uno de los principales mentores y ejecutores del tendido de las vías férreas desde Salta hasta Chile), Gobernador Solá (2556 msnm) y al costado de la ruta la vieja estación de tren, hoy abandonada de Puerta de Tastil. Unos kilómetros mas adelante estaba Santa Rosa de Tastil (3110 msnm). En todo este trayecto asombra la construcción de las cosas. La mayoría son de abobe y de baja estatura. Quizás esto se deba para protegerse de los fuertes vientos. Otro factor sorpresa es la cantidad de iglesias. Es decir, en poblados en los que no excede las tres o cinco casas, siempre hay una allí presente. Cada vez estábamos más convencidos en el acierto de haber hecho dedo. La ruta ya de pavimento no paraba de ascender. Habíamos salido de los 1200 msnm y llegamos a los 3775 msnm habiendo pasando en la ruta por los 4080 msnm en el Abra de Muñano. Era un enorme ascenso en tan poco tiempo y sin una previa aclimatación. Ya en San Antonio, encontramos una casita que nos alquilaron y realmente nos sentíamos muy cómodos. Con el correr de los minutos empezamos a sentir algunas molestias producto de la altura. Los tres teníamos un pequeño dolor de cabeza y nos fuimos a hacer un chequeo al único hospital regional del pueblo. Nos tomaron la presión y nos aplicaron una dosis de oxígeno y tanto Ivo como Javier se sintieron mejor. En cambio yo, salí un poco mareado y al rato empecé de nuevo con dolor de cabeza. Me fui directo a la cama sin cenar nada para horas mas tarde vomitar todo el rico almuerzo que habíamos tenido.







27/12 , Tercer día

A pesar de no haber dormido bien, con el correr de la mañana me fui sintiendo bien. La idea del día era ir a conocer el Viaducto La Polvorilla (4200 msnm). Este es el punto más famoso y más alto por el que pasa el Tren a las Nubes y está a una distancia de 20 Km. de San Antonio. El camino era totalmente de ripio con pendientes prolongadas, mucho serrucho, pozos y arena. Era realmente una tortura ese camino para hacer en bicicleta. A los 5 Km. se podían visualizar unas piletas con aguas termales que pertenecían a un complejo termal, hoy en ruinas. El paisaje era típico de la puna andina, con montañas muy altas y áridas con escasa vegetación. Cuando habíamos hecho más de la mitad de camino vemos que se acerca una camioneta. Nos miramos entre los tres y le hacemos señas como para que nos lleve. Accedieron instantáneamente y nos ubicamos en la caja de la Ford. Una última subida permitía ver desde lejos la imponente construcción del Viaducto La Polvorilla en toda su dimensión. Esta tiene 224 m de largo y 63 m de altura. Esta magnifica obra de ingeniería describe un arco sobre el que sientan las vías del ferrocarril. La cantidad de rulos, viaductos, túneles, y otras sinuosidades que recorre el tren se debe a que el autor del proyecto, el Ing. Maury, tomo partido teniendo en cuenta el principio de adherencia de las ruedas del tren a las vías y por las leyes de la física, desechando el sistema mecánico de cremallera comúnmente usado para que los trenes puedan trepar con solvencia las alturas. Habíamos llegado a la base del puente y realmente impresionan las dimensiones de este. Nos tomamos las clásicas fotos y empezamos a subir al puente por un camino de zig-zag solo para peatones. Cada pocos pasos teníamos que parar a tomar aire debido a que nos provocaba mucha agitación el subir con tanta pendiente y sin tanto oxigeno en el aire. Una vez arriba del puente sacamos muchas fotos y pasamos un momento muy agradable. La vuelta fue en camioneta con los mismos muchachos que nos acercaron, y una vez que volvimos, los invitamos a comer unas empanaditas salteñas. Pasamos la tarde manteniendo una linda e interesante charla, que se fue dando sola y terminó dejando mensajes y conclusiones muy importantes y positivos para nuestras vidas. Por la noche Javier nos cocinó. Mas tarde fuimos a un boliche, en el que había poca gente y nos terminamos yendo temprano.









28/12 , Cuarto día

Como al día siguiente era mi cumpleaños y lo queríamos pasar en algún pueblo con gente, decidimos contratar una camioneta que nos lleve hasta Salinas Grandes, para después nosotros pedalear 65 Km. hasta Purmamarca, provincia de Jujuy. De lo contrario, no íbamos a llegar ya que hacer esos 165 Km. era algo inalcanzable en el día. Nos llevo un Sr. llamado Estaban Olmos junto con su changuito en su camioneta. Salimos alrededor de las 8:30 hs y por primera vez agarramos la famosa y mas larga Ruta Nacional Nº40 que une La Quiaca con Ushuaia. El paisaje era realmente bello, con laderas a ambos costados y unas hermosas montañas coloridas acompañaban el ripio con serrucho y bancos de arena. Este tramo de la RN 40 es muy poco transitado y causa de esto es que casi no hay poblados a lo largo de esta. Dejamos atrás la provincia de Salta y entramos en la jujeña. Ya se empezaba a ver el extremo de las Salinas Grandes. Empezamos a pedalear para este desierto de sal y el paisaje se tornaba cada vez más maravilloso. Era todo blanco. Todo sal. Nos fotografiamos de manera muy especial (se reserva el derecho de las fotos), y lentamente comenzamos a volver al cruce de la 40 y 51, para tomar esta ultima y hacer 60 Km. hasta Purmamarca. Toda la primer mitad es una larga y constante subida, que por momentos se tornaba imposible de subir en bici, y mas con los aproximadamente 12 Kg. que llevábamos de carga. Subiendo la Cuesta de Lipan, tuvimos que bajarnos de las bicis y empezar a caminar ya que de esta manera avanzábamos más. La suerte estaba de nuestro lado. Pasaban muy pocos vehículos, pero justo pasó un camión que transportaba cubos de sal, y nos hizo evitó el resto de la tremenda subida. El camión subía lento debido a toda la carga que llevaba encima, más una nueva adicional causada por tres locos con bicicleta. Una vez que alcanzamos los 4080 msnm, nos bajamos del camión y el frío de alta montaña se empezó a sentir. Nos abrigamos ya que teníamos por delante unos 38 Km. de bajada increíble. Fue la mejor parte sin lugar a dudas. Descender desde esa altura hasta llegar a Purmamarca (2450 msnm) fue adrenalina pura. Logramos velocidades muy altas y gozamos de unas vistas y paisajes indescriptibles. Cuando llegamos al pueblo de Purmamarca la duda era si acampar o ir a un hostel. Miramos al cielo y se veía venir la lluvia, así que paramos en un hostel. En esta región el cielo no miente y empezó a llover en forma pareja y constante.









29/12 , Quinto día

Fue un día diferente. No solo por ser mi cumpleaños, sino porque amaneció lloviendo. Había estado cayendo agua toda la noche y eso se notaba en sus callecitas de tierra. Barro y mucho barro era el común denominador de este pueblito que en los últimos años tuvo un gran crecimiento. Mucho turismo especialmente cordobés y de otras partes del país ocupaban las plazas en los distintos alojamientos. Teníamos planeado unos circuitos y miradores para hacer, pero tuvieron que ser cancelados. Este mismo día queríamos irnos pedaleando hasta Tilcara, otro pueblito de la Quebrada de Humahuaca, distante a tan solo 22 Km. Analizando sus posibles consecuencias debido a la lluvia, decidimos tomarnos el micro. Por primera vez agarramos la RN9 (es toda pavimentada) y antes de llegar a Tilcara entramos a Maimará, pequeño municipio en plena quebrada. Tilcara no varió mucho respecto de Purmamarca. Al rato que llegamos se largo a llover, por lo que no pudimos hacer nada durante la tarde. Recién a la noche paró la lluvia y salimos a cenar. Tuvimos una larga y entretenida charla hasta pasada la medianoche.






30/12 , Sexto día

Por suerte amaneció sin lluvias. Salimos temprano para conocer el Pucará de Tilcara. En este lugar quedaron ruinas de lo que fue un pueblo de la antigüedad. Recorrimos ese lugar tomándonos unas cuantas fotos, y volvimos al hostel a preparar las bicis, para irnos a Humahuaca. Fuimos a la terminal y despachamos como encomienda las alforjas. Nos quedamos solo con una mochila cada uno, líquido y los fideos para hacernos en el camino. Tomamos la RN9 en dirección norte y empezamos a pedalear. Al no haber tanta altura y pendiente en la ruta, pudimos ir a una velocidad promedio alta. A mitad de camino, paramos en el cartel que indicaba que por ahí pasaba el Trópico de Capricornio. Nos fotografiamos y seguimos viaje atravesando distintos poblados. Faltando 12 Km. paramos en un caserío llamado Uquia e hicimos el almuerzo. Llegamos a Humahuaca por la tarde y completamos así los 45 Km. de la jornada. Nos alojamos en un hostal muy cómodo cerca de la terminal. Luego salimos a caminar y conocer un poco el pueblo. Sin dudas es el pueblo más grande y populoso de la quebrada. Recorrimos sus callecitas, conocimos su plaza, y subimos al monumento a la independencia nacional. Ya de vuelta, debido al frío que empezaba a hacer, compramos cosas dulces para la merienda. Por la noche fuimos a comer pizza, y para no desentonar con los otros pueblos, había empezado a llover. Iruya nos esperaba como nuestro próximo destino.